Una nueva generación, los millenials,
a la que les han hecho creer que son la generación especial, que
podían tener todo lo que quisieran en la vida.
La generación de los títulos
universitarios, los masters, hablan varios idiomas, pero cuando
entran en el mundo real han visto como todo lo que les ha contado es
puro espejismo, que no son especiales, que no todo se puede conseguir
por que yo lo valgo, que no pueden poseer nada solo con su deseo. Y su
autoestima se desvanece como humo.
La dopamina, un neurotransmisor que
nos proporciona bienestar, esta sustancia se libera cuando fumamos,
bebemos o apostamos, es altamente adictiva, cuando sus efectos han
concluido, queremos mas. Con las redes sociales pasa exactamente lo
mismo, conectarse a ellas cuando el estrés aparece, les hará
sentirse bien por un momento.
Las campañas sobre el alcohol, el
tabaco, nos ponen en alerta sobre lo perjudicial que son estas
sustancias, pero no dicen nada sobre la adicción al mundo de las
redes sociales, al contrario cada día que pasa nos sorprenden con
una nueva, con los smartphones ,los acompañan durante todo el día,
es una adicción el hecho de estar “conversando” con el wassap
mientras están reunidos en un bar con amigos.
Esto nos lleva al mundo de la
gratificación instantánea, unida a la sensación de impaciencia que
presentan. De hecho han crecido en un mundo donde su lema es: “ lo
quiero para ayer”, van a las tiendas virtuales para comprar lo
tienen en menos de 24 horas, la red les proporciona todo aquello que
“desean” sin ni siquiera esperar un día.
Si lo trasladamos al mundo real,
continúan querer las cosas desde “ya”, pero esto tiene un
precio, cuando el trabajo no resulta satisfactorio, ni las relaciones
duran en el tiempo, empieza a aparecer la insatisfacción, el estrés,
y si estas actitudes permanecen, empiezan a presentar trastornos como TLP
( trastorno limite de la personalidad), donde al no obtener la
satisfacción inmediata no luchan para conservar el trabajo, o una
relación. En otros tiempos se educó en la paciencia, en que las
cosas se tienen que conseguir con esfuerzo, que no caen del cielo,
que no importa si te equivocas, para otra vez lo harás mejor, y si
sirve el error, para la próxima lo harás de forma diferente, ellos
no, quieren subir la cuesta de golpe y esto en el mundo real no
funciona así.
Las cosas que realmente importan
tienen un tiempo, no se pueden acelerar, tienen que aprender a no
saltearse los obstáculos, y si por ellos mismos no pueden, pedir
ayuda, esto o volver a caer por la pendiente.
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